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Cuando el tiempo se hace lento...

... El pensamiento tiende a aclararse: tomas conciencia que no sólo sos dueño y señor de tu caos, sino también de tu paz. Afuera la vida pasa, abre brechas y no se cuestiona.  Cuando el tiempo se hace lento, re evaluas muchas cosas, lo importante de lo simple, lo intrascendente de las superficialidad. Le das más valor a tu tiempo, a no desperdiciarlo en lo que no suma ni realimenta. Cuando el tiempo se hace lento, es cuando más aprendés y asimilas. Nuestro único valor es este y nuestra responsabilidad es no tirarlo. Quizás no sea una respuesta, pero respirar hondo y seguir caminando es lo que te acerca a diario a tu horizonte. #ApuntesalMargen
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Divorciado de la Normalidad...

Me confieso, Divorciado de la Normalidad. Más, de esta nueva, la que llegó después de la pandemia. ¿ Se acuerdan? Todos prometiendo volver mejores, más humanos, más conectados. Pero pasada la tormenta, la ola, volvimos igual o peor; en la mayoría de los casos. No me interesa caretearla, en un mundo de cartapesta; cada vez más pasado a humo y ego desmedido. Donde el odio, crece como el pasto, y la humanidad cotiza a la baja. Donde, prácticar la empatía se volvió sinónimo de debilidad, algo a desechar para continuar sobreviviendo.  No me interesan los ambientes ruidosos, desbordados en glamour vacío, brillos sintéticos, halagos que no duran un café, palmaditas en la espalda, puñaladas en pausa. Cardúmenes detrás de algo, que ellos creen y llaman éxito, popularidad, influencia. Como si los números, fueran más importantes, que esas miradas qué te llenan el alma.  Será, soy otro de esos locos que prefieren el silencio. Círculos chicos, pero de corazones palpitantes. De...

Así te Destroza el Sistema...

  Vivimos en la era de la información. Tenemos más acceso al conocimiento que nunca antes. Más herramientas para aprender, para crear, para pensar. Y sin embargo, algo extraño está ocurriendo. A medida que el mundo se llena de pantallas, de datos, de conexiones, inteligencias artificiales, parece que colectivamente nos volvemos más superficiales, más tontos. No más tontos en el sentido clásico, sino menos profundos, menos capaces de detenernos, de reflexionar, de pensar por nosotros mismos. Si te fijas, las conversaciones se han vuelto más rápidas, más reactivas, más emocionales. Las discusiones duran lo que se tarda en pasar un vídeo corto y todo lo que no cabe en un titular parece aburrido o complicado. Hemos confundido la velocidad con la inteligencia, la emoción con la razón, la opinión con el conocimiento y no es casualidad. De hecho, nada de esto es casual. Es el resultado de un sistema que se ha ido construyendo poco a poco sin que apenas nos demos cuenta. Un sis...

Y vos, ¿qué Pensás Hacer, en lo qué te Queda de Vida?

No te hablo de títulos, ni de esas chapas qué te colgas en el laburo. Te hablo de esto, de sentarte frente al horizonte con alguien que valga la alegría (ya que para penas, sobran motivos, si los buscas). De elegir con quien compartir silencios cómodos, mientras el sol se despide. De simplemente, sentarse un rato, contemplar el cielo, solo porque sí; solo porque está hermoso y te permite para que pintó disfrutarlo; en silencio o charlando.  El resto de tu vida, son quizás, todos esos atardeceres que te quedan por ver. Conversaciones sin apuro, qué elegís tener. Momentos donde no pasa nada extraordinario, pero pasa todo, pasa la vida. Porque cuando mires atrás, no vas a recordar las horas en la oficina, ni los pendientes que quedaron sin resolver, ni esos “compañeros” qué te drenan/adulan a diario. Te vas a acordar de esas “tardes perdidas”, mirando el río, de esas risas sin motivo. Recordarás a las personas, con las que elegiste quedarte. El resto de tu vida es ahora, e...

" El Álbum Familiar. Guardián de Recuerdos."

Antes, los recuerdos se dejaban tocar, se dejaban sentir, se compartían de verdad, pasaban de mano en mano. Vivían pacientes en viejas cajas, viejos libros, perdidos en algún rincón del cajón de la casa, sobre alguna repisa, colgados en una pared. Con el tiempo, la captura de lo efímero se volvió demasiado efímera. Hoy, todo dura segundos (con suerte), la vida va pasando sin penas, sin glorias, en un scroll interminable de indiferencia, de superficialidad. El culto del ego hace que perdamos estos pequeños trozos de memoria, dejamos de ver al otro. Hoy, los recuerdos dependen de dispositivos, de cuentas. Nuestra memoria puede irse en un simple hurto callejero o esfumarse en una bajada de tensión. Hoy, nos esforzamos en tener lo último y más caro, para no dar valor a los momentos. Solo queremos exponerlo a un mundo al que no le importa, mundos que solo miran su reflejo, con la aspiración a ser reconocidos, aunque sea por un segundo, y luego ser olvidados. Por eso, si hay troc...

Nadie te pidió Nada...

Muchas veces actuamos incondicionalmente con personas que, quizás no dan ni la cuarta parte, de lo que nosotros ofrecemos. Brindamos dedicación, tiempo, energía... pero del otro lado solo se muestra indiferencia. Y cuando finalmente lo haces notar, muy posiblemente nos terminaran diciendo: " Lo hiciste porque quisiste. Nadie te pidió nada...". Y duele, porque en parte, tienen razón. Pero aquí está la lección: Ser generoso, atento, está bien; pero no a costa de nuestra propia paz. Aprender a dar nuestra energía a quienes realmente la valoran no es egoísmo, es amor propio. Es valorarnos...  No todos merecen tu mejor versión. Y está bien guardársela para quienes sí la aprecian. MC #ApuntesalMargen  #ReflexionesenOjotas 

Disparador de Memorias...

Quizás había algo mágico, misterioso, en esas viejas fotografías que guardamos en cajas de zapatos, en álbumes polvorientos, perdidas entre las páginas de libros viejos, o insertados en aque viejo espejo en la casa de nuestros abuelos. Quizás estos simples apuntes, trocitos de vida robados al tiempo; funcionan como migajas, pequeños faros que iluminan el camino de regreso a nosotros mismos. Lo que fuimos, lo que somos.  Una imagen, puede ser hilo conductor, qué desenreda todo un ovillo de sensaciones dormidas. Aquel vestido floreado de una desconocida, que nos devuelve el aroma de la colonia de nuestra abuela. La sonrisa de un niño en una plaza lejana, despierta el eco de nuestras propias risas de una tarde de domingo. Las fotografías no mienten sobre el tiempo, pero tampoco dicen toda la verdad. Son testigos silenciosos de lo que fuimos, mapas de territorios emocionales que creíamos perdidos. Cada imagen, es una puerta entreabierta hacia versiones de nosotros, que habi...