Hay quienes, quizás nacen en mares tranquilos, con viento a favor, pero también hay quienes aprendemos a nadar en tormentas. Crecer, muchas veces, no depende de dónde te suelten, sino de cómo decides avanzar. Cada golpe, cada caída, son solo pausas breves; un recordatorio, de que el suelo no es destino, sino impulso.
Aprender del salmón, que elige desafíar la corriente; avanzar duele, cansa, pero enseña. No es la adversidad la que te define, sino lo que haces con ella. Podrías decidir quedarte quiet@, dejarte arrastrar; pero en cambio, eliges moverte, eliges soñar, eliges intentarlo una vez más.
Errar no es detenerse, fallar no es perder. Eligir Vivir, escribir tu historia, seguro estará plagada de tachones y segundas páginas. Crecer, básicamente es eso: levantarte, aprender, seguir. Porque al final del día, lo que vale no es llegar intacto, sino llegar siendo tuyo, libre, invencible; haber hecho, haberlo intentado.
MC
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